En la mayoría de las situaciones, bastará con utilizar tarjetas estándar para conectar el equipo con la red física, pero existen algunas situaciones que requieren el uso de conexiones de red especializadas y, por tanto, necesitarán tarjetas de red especializadas.
Tarjetas de red sin hilos
Algunos entornos requieren una alternativa a las redes de equipo cableadas. Existen tarjetas de red sin hilos que soportan los principales sistemas operativos de red.
Las tarjetas de red sin hilos suelen incorporar una serie de características. Éstas incluyen:
- Antena omnidireccional interior y cable de antena.
- Software de red para hacer que la tarjeta de red funcione en una red en particular.
- Software de diagnóstico para localización de errores.
- Software de instalación.
Estas tarjetas de red se pueden utilizar para crear una LAN totalmente sin hilos, o para incorporar estaciones sin hilos a una LAN cableada.
Normalmente, estas tarjetas de red se utilizan para comunicarse con una componente llamada concentrador sin hilos que actúa como un transceptor para enviar y recibir señales.
Un concentrador es un dispositivo de comunicaciones que combina señales de varias fuentes, como terminales en la red, en una o más señales antes de enviarlas a su destino.
Tarjetas de red de fibra óptica
Conforme la velocidad de transmisión aumenta para acomodarse a las aplicaciones con un gran ancho de banda y los flujos de datos multimedia son comunes en las intranets actuales, las tarjetas de red de fibra óptica permiten conexiones directas a redes de fibra óptica de alta velocidad. Recientemente, estas tarjetas han llegado a tener un precio competitivo, y su uso es cada vez más corriente.
PROM de inicialización remota
En algunos entornos, la seguridad es tan importante que las estaciones de trabajo no tienen unidades de disquete individuales. Sin éstas, los usuarios no pueden copiar la información en un disquete o disco duro y, por tanto, no pueden sacar los datos de su lugar de trabajo.
Sin embargo, como los equipos normalmente se arrancan desde una unidad de disquete o desde un disco duro, tiene que existir otra fuente para que el software inicie (arranque) el equipo y lo conecte a la red. En estos entornos, la tarjeta de red puede ser equipada con un chip especial llamado PROM (memoria programable de sólo lectura) de inicialización remota que contenga el código que inicie el equipo y conecte al usuario a la red.
Con las PROM de inicialización remota, las estaciones de trabajo sin disco se pueden unir a la red cuando se inician.